Las distorsiones cognitivas son errores a la hora de interpretar las situaciones y a nosotros mismos. Forman parte de los esquemas mentales que hemos ido creando desde bien pequeños, con los cuales simplificamos y organizamos nuestra vida, pero si son distorsionados, es lógico pensar que afectarán negativamente a nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento.
Son pensamientos que asumimos como ciertos pero que no pueden ser contrastados, bien porque hablan de cosas que aún no han sucedido, bien porque sólo tienen en cuenta una parte de la realidad, o bien porque, como bien dice su nombre, la deforman. Pero todos tienen un factor común: el gran malestar emocional que generan.